El juicio de amparo, el gran olvidado de la transición democrática
Introducción.
Es un honor participar en esta obra en homenaje a uno de los más ilustres juristas de Iberoamérica, el maestro don Héctor Fix Zamudio. Es ampliamente reconocido el papel que ha jugado el Maestro como el impulsor de las grandes transformaciones jurídicas en México desde hace varias décadas, así como que su pensamiento ha inspirado los trabajos para desarrollar el derecho procesal constitucional en los países de América
Latina. Sin la figura de Fix Zamudio sería imposible explicar el devenir del derecho latinoamericano en los últimos cincuenta años. Entre otras cosas, tampoco se habría contado con análisis comparativos de los distintos instrumentos de justicia constitucional en Iberoamérica y de sus influencias recíprocas que permitieran su estudio científico y sentar las bases para su evolución. Son tantos y de tal importancia los aportes del maestro Fix Zamudio que sería imposible tratarlos, así fuera de manera enunciativa, en estas líneas introductorias, amén de que la trascendencia de la obra del Maestro no requiere de presentación alguna. Sin embargo, aunque nos es imposible hacerlo en estos momentos con profundidad, no queremos dejar de mencionar la deuda que el juicio de amparo mexicano tiene con el maestro Fix Zamudio y su lucha incansable por el perfeccionamiento del instrumento procesal protector de los derechos fundamentales.Debe tenerse presente que, como lo hemos sostenido en otras ocasiones[1], durante décadas la doctrina mexicana dominante sostuvo que al juicio de amparo no le era aplicable la teoría general del proceso o del derecho procesal, como prefiere denominarla el maestro Fix Zamudio[2], pues se consideraba erróneamente que el amparo tenía peculiaridades que lo hacían esencialmente distinto a cualquier proceso, además de que la teoría general del derecho procesal era aplicable solamente a los juicios de carácter civil. Del mismo modo, se excluyó todo análisis comparativo. Con un nacionalismo mal entendido, se pensó que el amparo mexicano era la institución de control constitucional más desarrollada en el mundo y, que, en su caso, los juristas de otros países tendrían que venir a aprender de la justicia constitucional mexicana…