Trata de personas: recobrar la humanidad
La trata de personas es uno de los fenómenos más atroces y dolorosos de nuestro tiempo. Es un drama humano que da lugar a extensas redes de criminalidad y corrupción, y que se nutre de las desigualdades que mantienen invisibilizados a los sectores más desfavorecidos de nuestra sociedad. Los traficantes explotan la pobreza, la discriminación, la violencia doméstica y social, la falta de oportunidades, las adicciones, así como la fragilidad de los gobiernos, muchas veces al abrigo de la indiferencia de una sociedad que voltea la cara al sufrimiento de personas de quienes parece poderse pasar.
Cada año, millones de personas en todo el mundo son explotadas y forzadas a la esclavitud, al comercio sexual, al matrimonio, al despojo de sus órganos, a la guerra y a la muerte. Con todo, este delito afecta de manera desproporcionada a mujeres, niñas y adolescentes, que representan más de 70 por ciento de las víctimas, la mayoría de las veces con fines de prostitución.