Milenio

La salud de los niños frente a la libertad religiosa

La libertad religiosa que nuestra Constitución reconoce es un derecho fundamental que permite a las personas, en forma individual o colectiva, practicar libremente su religión, sin ser discriminadas en razón de ella, lo que comprende la libertad para creer, dejar de creer o no creer en una determinada religión, reconociendo a cada persona su derecho a mantener la integridad de sus creencias, de alterar sus convicciones religiosas o de asumir posturas ateas o agnósticas y, en este sentido, constituye uno de los pilares fundamentales de la sociedad democrática, pues descansa en la idea básica del pluralismo.

Este derecho conlleva, para quienes son padres, la libertad de educar a sus hijos en la fe que profesen y la de tomar decisiones sobre los asuntos que les conciernan con base en sus creencias. Así, los padres tienen el derecho de organizar la vida familiar de conformidad con sus convicciones, instruir a los hijos en materia religiosa, llevarlos a practicar un culto público o celebrar determinadas festividades, lo cual pueden hacer libres de injerencias externas, pero siempre en un ambiente de libertad y tolerancia religiosa…

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