La lucha de las mujeres por alcanzar la igualdad sustantiva pasa por un momento definitorio. En los últimos años han ido conquistando espacios, ganando batallas, consolidando cambios, desterrando estereotipos, y denunciando las múltiples prácticas discriminatorias y estigmatizantes normalizadas en todos los ámbitos de nuestra sociedad.
Sus voces en las calles, en las redes sociales y en las instituciones nos dicen que no están más dispuestas a ser encasilladas en roles ni a cumplir las expectativas que les son impuestas, que ya no serán excluidas de los espacios que tradicionalmente han sido reservados a los hombres y que sus proyectos de vida son diversos, valiosos y merecen las mismas oportunidades de prosperidad.