La Suprema Corte en línea
El próximo 1 de junio dará inicio una nueva fase en las labores de la Suprema Corte, que no solo permitirá satisfacer de mejor manera las demandas de justicia durante la emergencia sanitaria por el covid-19, sino que sentará las bases para transitar, definitivamente, hacia una justicia en línea, en la que la tramitación de los procesos no implique, como se ha hecho por siglos, costurar hojas con hilo y aguja para irlas agregando a expedientes que se trasladan por toda la república, y de los cuales derivan miles de comunicaciones escritas, llevadas a los lugares más remotos por actuarios y notificadores, que hoy conforman la primera línea en la prestación del servicio esencial de impartición de justicia.
Además de las sesiones por videoconferencia del Pleno y de la Salas de la Corte que actualmente se están llevando a cabo, y de la tramitación de las controversias constitucionales urgentes que hasta ahora se han admitido, a partir del lunes podrán promoverse electrónicamente todos los juicios de los que conoce la Corte.
Por primera vez en la historia, tales juicios se llevarán a cabo exclusivamente por medios electrónicos, sin expediente impreso que los acompañe, a través del uso de firma electrónica. Las audiencias y comparecencias se celebrarán a distancia, por medio del sistema de videoconferencias.
Adicionalmente, con el fin de poder avanzar en la resolución de los asuntos más urgentes, se digitalizarán expedientes impresos para continuar su tramitación por medios electrónicos. Y para enfrentar el aumento de casos que previsiblemente se avecina, el Pleno de la Corte acordó cancelar el periodo de receso que la ley prevé para la segunda quincena de julio.
Nada de esto supone aún la reanudación general de los plazos procesales. Quienes no tengan oportunidad de acceder a los juicios en modalidad electrónica, podrán hacerlo por la vía tradicional, una vez que se normalicen las actividades del tribunal constitucional, para evitar situaciones de indefensión para la ciudadanía.