En días pasados se publicó en el Diario Oficial de la Federación una importante reforma constitucional en materia de lo que se ha denominado Justicia Cotidiana, expresión acuñada para referirse a la impartición de justicia en los ámbitos que más frecuentemente afectan la vida diaria de las personas.
Entre otras cosas, la reforma prevé la homologación a escala nacional de la legislación procesal civil y familiar y ordena al Congreso de la Unión expedir, en un plazo no mayor a 180 días, un código procesal único, con la finalidad de asegurar a todas las personas el acceso a una tutela judicial efectiva de los derechos y obligaciones en esas materias.
Esta reforma brinda la oportunidad única de transformar a fondo el sistema de justicia en materia familiar en nuestro país. Hoy en día, el exceso de formalismos y la lentitud de los procesos familiares han convertido a los niños en rehenes de los conflictos entre sus padres. Las luchas y las pasiones de los adultos hacen de ellos meros botines, mientras que su bienestar pasa a un segundo plano…