Tras la interrupción impuesta por la emergencia sanitaria que atraviesa nuestro país, se han retomado los trabajos para la aprobación de la “Reforma con y para el Poder Judicial”. Esta reforma —elaborada al interior del Poder Judicial de la Federación y presentada como iniciativa por el Presidente de la República— responde a un claro compromiso del Estado Mexicano con la autonomía e independencia judiciales y ha sido ejemplo de diálogo y colaboración institucional.
Se trata de una reforma completa e integral, que consolidará la transformación de la justicia federal, por lo que debe analizarse en forma independiente de otras reformas que puedan ser necesarias en materia de procuración y justicia local, para no afectar la funcionalidad de la propuesta y respetar la intervención que se dio al Poder Judicial en su elaboración.
La justicia federal constituye, en la práctica, la instancia final de las disputas y es, muchas veces, la última esperanza para las personas de obtener justicia. La reforma que planteamos pondrá la justicia federal al alcance de todas las personas; elevará la calidad de las sentencias —a través de una mejor formación de las personas juzgadores y del fortalecimiento de la carrera judicial—, y permitirá que la doctrina constitucional permeé de mejor manera a la labor de todos los operadores jurídicos. Se trata de una reforma que elevará los estándares de excelencia y honestidad, que dotará de mayores herramientas contra la corrupción y que dará a las mujeres la participación paritaria que les corresponde, en beneficio de toda la sociedad.