Históricamente las mujeres han enfrentado mayores barreras que los hombres para participar y desarrollarse plenamente en el ámbito profesional. Aunque en los últimos años han conquistado espacios de influencia en todos los sectores, las disparidades persisten y se reflejan en brechas salariales, dificultades para ascender en la escala profesional y una representación insuficiente en espacios de decisión, tanto en el ámbito público como privado.
Por ello, contar con liderazgos femeninos es más importante que nunca. Las voces de las mujeres son indispensables en la creación de políticas innovadoras y sensibles que transformen la cultura laboral en beneficio de todas las personas. Las mujeres en espacios de decisión contribuyen a romper los techos de cristal, reducir las brechas salariales y erradicar las prácticas estigmatizantes y discriminatorias al interior de las instituciones.
Pero además, los liderazgos femeninos inspiran y empoderan a otras mujeres a seguir estudiando, a seguir contribuyendo, a seguir avanzando hasta conquistar sus sueños. Con su presencia, muestran a las niñas y adolescentes de este país que sus anhelos son posibles, que sus proyectos son valiosos y merecen las mismas oportunidades de prosperidad.