Discursos

Día internacional contra la homofobia, la transfobia y la bifobia

Versión estenográfica de las palabras del Ministro Presidente Arturo Zaldívar en el evento conmemorativo “Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia”.

Ciudad de México, 17 de mayo de 2019.

Sean ustedes bienvenidas y bienvenidos a la Suprema Corte de Justicia de la Nación en este día tan importante en que conmemoramos la necesidad de avanzar hacia una cultura, no solo de tolerancia, sino de respeto y de aceptación al otro, al que es diferente

En primer lugar quiero agradecer a la Señora Ministra Norma Piña, su gentileza y amabilidad de presidir este acto y de hacerse cargo de la conferencia magistral.

A lo largo de los últimos años esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ha venido sentando precedentes muy importantes en la defensa de las minorías sexuales; precedentes en los cuales se establece con claridad que todas las personas, que todos los seres humanos tenemos la misma dignidad y merecemos el mismo respeto; que la orientación sexual y la identidad de género no hacen diferencia alguna en cuanto al derecho que tenemos todas las personas de gozar de todas las garantías, de todas las protecciones, que nos establece la constitución.

En un Estado democrático constitucional; en una sociedad civilizada, todos los seres humanos tenemos el derecho a ser felices, a amar a quien queramos, a tener la orientación sexual con la cual hayamos nacido, a ejercer las prácticas que mejor nos parezcan, siempre y cuando respetemos los derechos de terceros y particularmente los derechos de las niñas y de los niños.

Mucho hemos avanzado hacia una nueva cultura de respeto, pero hace falta todavía mucho para avanzar.

Desde el lenguaje de odio, que va generando después prácticas que pueden llegar incluso a crímenes violentos, por la sola razón de ser diferente.

Un día como hoy nos convoca y nos une a pensar, a reflexionar, a darnos la mano y a entender que la única manera de tener un mundo mejor es reconocer que todos somos iguales en nuestras diferencias, que no hay una supremacía de una forma de entender la sexualidad frente a la otra y que todas las identidades de género también tienen el mismo valor.

Heterosexuales, homosexuales y demás identidades de género requieren, reitero, una protección que ya está en la constitución pero que tiene que traducirse con prácticas y culturas sociales que nos permitan vivir de una manera más civilizada, más cordial y más armónica.

Estamos en un momento donde todas y todos requerimos buscar aquello que nos une, donde debemos evitar la polarización y donde debemos avanzar hacia un Estado democrático de derecho en el cual se respeten los derechos humanos de todas y de todos en un ambiente de concordia, de respeto y de fraternidad.

Les mando a todas y a todos ustedes un cordial saludo y un afectuoso abrazo. Muchas gracias.