Artículos Periodísticos

La Suprema Corte en la democracia mexicana

Artículo publicado en la revista NEXOS, el 1º de septiembre de 2017

Arturo Zaldívar

Una de las reformas constitucionales más significativas que ha tenido lugar en el contexto de la transición democrática de México fue la que en 1994 reconfiguró la composición y las facultades de la Suprema Corte de Justicia, con la finalidad de asignarle el papel fundamental que hasta ese entonces no había tenido en la vida del país como árbitro de los conflictos políticos y garante de la constitucionalidad de leyes y actos del Estado.

La estructura, las garantías de independencia y las nuevas facultades que le fueron otorgadas permitieron su paulatina transformación en un genuino tribunal constitucional, y con ese carácter ha contribuido de manera relevante al proceso de transición de un régimen autoritario a una democracia constitucional. La Corte ha sido un contrapeso real a la acumulación indebida de poder, ha favorecido el debate democrático, el pluralismo, la participación y ha sido un factor de fortalecimiento de las instituciones democráticas.

La Corte ha contribuido a la consolidación de la democracia mexicana en los siguientes aspectos: (1) la construcción de una nueva cultura constitucional y la transición de un constitucionalismo nominal a un constitucionalismo pleno en sentido normativo; (2) la defensa de la división de poderes y el federalismo; (3) el establecimiento de los parámetros de validez de las normas electorales; (4) el desarrollo de los derechos humanos.

De esta manera, la Corte se ha convertido en una institución estratégica para el equilibrio, la estabilidad y la gobernabilidad de nuestro país. Pero así como nuestra democracia es aún imperfecta, para que despligue todo su potencial como tribunal constitucional se requiere de un mayor fortalecimiento de su independencia y legitimidad frente a la sociedad, pues sólo teniendo la confianza de la ciudadanía en la labor que desempeña podrá terminar de consolidarse como pilar de la democracia mexicana.

Hasta antes de la reforma constitucional que transformó su estructura y amplió sus facultades, la Suprema Corte de Justicia no desempeñó un papel de contrapeso real al poder centralizado que caracterizaba a nuestro sistema político. Por el contrario, a través del juicio de amparo funcionaba prácticamente como un tribunal de casación; como revisor de la legalidad de los actos de autoridad y, de manera muy limitada, como garante de los derechos constitucionales, pero sin un entendimiento de su función como fuente legitimadora del poder político.

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